06 noviembre 2012

“Las Revoluciones de Colores”.



Internet es un instrumento revolucionario que permite recibir y transmitir ideas, en las dos direcciones, algo que debemos saber usar”… Fidel Castro Ruz.
Revoluciones de colores es el nombre colectivo que han recibido una serie de movilizaciones políticas en el espacio ex soviético llevadas a cabo contra líderes acusados de "prácticas dictatoriales", amañar las elecciones o de otras formas de corrupción. En ellas los manifestantes suelen adoptar como símbolo un color específico que da nombre a su movilización. Este fenómeno surgido en Europa Oriental también ha tenido repercusión en Oriente Medio.
Las “Revoluciones de Colores” son realmente un mecanismo de intervención extranjera, una expresión renovada de la política de “cambio de régimen” mediante la cual las grandes potencias imperiales han buscado, en aquellos países con interés estratégico para ellos, cambiar los gobiernos que le son poco o nada dóciles o poco cooperantes por otros subordinados y complacientes a sus intereses.

En síntesis se concretan en las movilizaciones y protestas multitudinarias, las camisetas y pancartas de colores, el hervidero de las redes sociales de Internet (Facebook, Twiter), los pasquines con el consabido puño cerrado y -en suma- el llamamiento popular al “cambio”.
El fenómeno de las Revoluciones de Colores en estos países es parejo a la emergencia de ciberturbas (Manila 2000, Madrid 2004, Francia 2005, etc.), término acuñado en español por Juan Urrutia en 2003 para describir las movilizaciones y encuentros callejeros masivos producto de un proceso deliberativo desarrollado previamente en la red virtual. 
La clave común de ciberturbas y revoluciones de colores es la consolidación de grandes espacios virtuales deliberativos que permiten la emergencia de una supuesta agenda pública “autónoma”. Realmente la injerencia extranjera occidental produce y articula estas agendas prefabricadas aprovechando cierto descontento popular. 
Los teléfonos móviles no sacan a la gente a la calle. Coordinan por una conversación social previa, y muchas veces masiva, que ha tenido lugar en la Red. 
Podríamos definir una ciberturba, como la culminación en movilización en la calle de un número relevante de personas de un proceso de discusión social llevado a cabo por medios electrónicos de comunicación y publicación personales en el que se rompe la división entre ciberactivistas y movilizados.
El laboratorio que dio cuerpo y definición a este tipo de operación intervencionista con fachada de revuelta popular pacifica, fue el derrocamiento de Slobodan Milosevic en Serbia y Montenegro en el año 2000. Tal fue la dimensión de la intervención extranjera, que incluso los mismos líderes de OTPOR han reconocido públicamente que recibían apoyo material y financiero del exterior. OTPOR (significa Resistencia en serbio). Una vez Milosevic fuera del poder, los jóvenes de OTPOR protagonistas de las revueltas, pasaron a un segundo plano y las fuerzas políticas de viejo cuño asaltaron el poder imponiendo una agenda occidental.
Algunos procesos considerados como revoluciones de colores:
 Revoluciones fracasadas
Los intentos contra Cuba de promover revueltas parecidas han fracasado estrepitosamente. Muestra de ello fue la paliza recibida por los tuiteros al servicio del gobierno de Estados Unidos, que pretendieron respaldar en esta red social, las peligrosas provocaciones organizadas por ciudadanos norteamericanos de origen cubano con vínculos con el terrorismo, en aguas próximas a las costas cubanas, en víspera del día de los Derechos Humanos y previo a la visita del Papa.
Lo planteado por Mauricio Manuel Reyes, en el artículo, “Ciberguerra VS Cuba: Los gobiernos incómodos del “Cuarto Mundo”, publicado en Cubadebate, “Bajo esta estrategia injerencista, es ‘legal’ para el Ejecutivo estadounidense fabricar ‘ciberdisidentes’ o mercenarios virtuales orientados a difundir mensajes manipulados o realizar llamamientos a la desobediencia civil en Cuba, empleando plataformas como Twitter, Facebook, Blogs y otras, pone al descubierto la injerencia directa del gobierno de EEUU contra nuestro país y por tanto no es indirecta.
Pero como dijo nuestro José Martí…“A un plan” obedece nuestro enemigo: el de enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan; enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo, hacer por fin a nuestra patria libre. Plan contra plan.”
Nota: varios elementos y definiciones fueron tomados del libro “El poder de las redes”, Manual ilustrado para ciberactivistas escrito por David de Ugarte, socio del Grupo Cooperativo de las Indias, quien lo cedió al dominio público.
6 de noviembre de 2012  Pedroa125.

No hay comentarios:

Publicar un comentario