06 marzo 2015

Dinero mal gastado...

pobreza en EU-2Con la necesidad que tienen millones de estadounidenses de una ayuda federal por la falta de trabajo para pagar sus gastos de renta, salud, educación y alimentación, la Casa Blanca y la mafia terrorista anticubana persisten en gastar el dinero en vano para crear campañas contra Cuba. A pesar de que el propio Barack Obama reconoció que la política seguida por su gobierno para derrocar a la Revolución cubana ha sido un fracaso, continúan haciendo lo mismo, y un vivo ejemplo es el actual envío a Bruselas, Bélgica, de la inculta y grosera Berta Soler, con el propósito de que siga la misma letanía de inventos y chabacanerías contra Cuba en el Parlamento europeo.


Realmente es deprimente escuchar a esa incoherente mujer, pagada con miles de dólares aportados por los contribuyentes norteamericanos y peor aún es verla personalmente con su vulgaridad característica, que todos pueden apreciar en los vídeo exhibíos en Youtube, donde se explaya a sus anchas para amenazar y coaccionar a sus compinches.
 

No hacen falta palabras ni calificativos, su propia actuación lo dice todo y no es propaganda comunista. No obstante la envían a Bruselas con todos los gastos pagados, incluido billetes de avión, hospedaje, transporte interno para llevarla y traerla a los escenarios donde quieren que ladre, perdón que hable, más alimentarla, algo que sí debe resultar costoso.

¿Por qué no se divulga cuánto cuestan las giras por Europa de esta y otros contrarrevolucionarios que al final no logran engañar ni al más tonto de los bobos del mundo?
¿Alguien en su sano juicio podrá pensar que esta grotesca señora puede compararse con el ilustrado canciller cubano Bruno Rodríguez, o con la profesional y culta Josefina Vidal?

Vergüenza deben sentir los parlamentarios de derecha que son presionados por sus partidos y gobiernos para que escuchen las calumnias de esta persona que no puede demostrar una sola señal de represión como lo hacen los ciudadanos españoles, portugueses, griegos, italianos, alemanes, británicos y franceses, reprimidos brutalmente por la policía de sus respectivos países, durante sus pacíficas protestas por la falta de trabajo, desalojos, recortes presupuestarios para la educación, la salud y la seguridad social.

Quien haya seguido sus viajes al exterior a partir de enero del 2012, podrá fácilmente comprobar cómo ha aumentado rápidamente de peso corporal y cada día se asemeja más a una judoca de más de 81 kilogramos que a una “sufrida disidente”.

Berta Soler está inmersa en un proceso de referendo revocatorio dentro del grupúsculo que preside desde 2011 sin haber sido elegida democráticamente y aun así la premian con este nuevo viaje.

Es hora de que los españoles y estadounidenses exijan a sus gobiernos transparencia en el uso de fondos gubernamentales para costear los constantes viajes de la contrarrevolución cubana, la que ni crece en membrecía ni es reconocida dentro de la isla como una fuerza opositora, con proyectos para instaurar algo mejor que lo alcanzado por la Revolución después de 1959.

Parlamentarios españoles deberían exigirle al jefe del gobierno Mariano Rajoy, que informe públicamente si el Partido Popular y Unión Progreso y Democracia, han empleado dinero para el pago a Berta Soler y a Manuel Cuesta Morua, quien dice liderar en La Habana un partido fantasma que no tiene membrecía ni es conocido dentro del pueblo, titulado “Partido Arco Progresista”.

Rajoy debe explicar también cuántos euros recibe Elena Larrinaga, del denominado “Observatorio Cubano de Derechos Humanos”, con sede en Madrid, de cuál presupuesto salen y quiénes son los financistas que le permiten vivir a toda leche, mientras millones de españoles y españolas deambulan cada día en busca de un trabajo para alimentar a sus hijos.
Como han afirmado otros “disidentes” cubanos, la contrarrevolución es un buen negocio y la forma ideal para vivir bien sin trabajar.

Y mientras mal gastan el dinero estos chupatintas, Europa sigue en llamas.

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