Tomado de El Heraldo Cubano.
De la inculta y grosera Berta Soler se
habla demasiado, unos para defender lo indefendible y otros para
desenmascararla, pero ella para quitarse los golpes de encima acude
siempre al gastado bocadillo de que “los problemas de sus grupúsculo se
deben a los agentes de la seguridad cubana”. ¿Qué
responsabilidad pudiera tener la Seguridad cubana en sus malos métodos,
groserías y despotismo empleado para tratar a sus subordinadas?
¿La Seguridad cubana tendrá la capacidad
para orientarle a la presidenta de las llamadas “Damas” de Blanco, sobre
la forma tan despreciativa con la que intimida a las mujeres que no
cumplan sus órdenes?
Un simple análisis de esa acusación se le viene encima a la grosera presidenta.
Es cierto que la Seguridad cubana
demuestra eficiencia y eficacia en sus actividades y son cientos los
ejemplos de personas que aparentaron ser “disidentes” al servicio de
Washington y después resultaron agentes que defendían a la Revolución
cubana.
Por esa razón el mundo ha podido conocer
las calumnias preparadas desde Miami, el entrenamiento que reciben los
“opositores” de los diplomáticos estadounidenses acreditados en La
Habana, las orientaciones, el dinero y abastecimientos materiales que
les entregan para sus provocaciones, más las mentiras construidas para
satisfacer los requerimientos solicitados constantemente.
Basta
recordar el engaño logrado por el maestro de periodistas, Néstor Baguer
Sánchez-Galarraga, miembro de la Real Academia de la lengua española y
fundador de la “Agencia de Periodistas Independientes de Cuba”, quien
con 82 años de edad se burlaba a diario de oficiales de la CIA bajo el
ropa de diplomáticos acreditados en La Habana.
Baguer fue introducido en el medio
contrarrevolucionario y ante los estadounidenses, nada menos que por el
presidente de la “Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación
Nacional”, Elizardo Sánchez Santa-Cruz Pacheco,
quien en su momento también trabajó como agente de la seguridad cubana,
según el libro “Los Disidentes” de los periodistas Luis Báez y Rosa
Miriam Elizalde.
Pero eso no justifica la actuación bochornosa del grupúsculo “Damas” de Blanco, observado en vivo gracias al vídeo expuesto en Youtube recientemente.
A ese descalabro se suma el anuncio hecho
por Laura Labrada Pollán, hija de la fallecida Laura Pollán, presidenta
fundadora del grupúsculo, de la creación de una fundación en honor a su
madre.
Para darle más sazón al caso, ahora sale a
relucir que la inculta Berta manejó turbiamente los 50 mil euros que en
2013 a nombre del grupúsculo recibió de la Euro cámara el premio
“Andrei Sajarov”. Como argumento, que nadie cree, aseguró que no da
explicaciones del empleo de esa suma “porque no quiere revelar
informaciones al gobierno de Cuba ni a la Seguridad el Estado”.
¿Qué clase de persona puede ser una
dirigente que se niegue a decir con limpieza y claridad dónde y cómo
empleó el dinero que es para todas las mujeres?
Es sabido que ella quiso comprar una
vivienda en el barrio del Vedado y dejar atrás la zona obrera de Alamar
donde reside, e incluso que pidió más plata a la Fundación Nacional
Cubano Americana, mediante su madrina Laly Samper.
El rompimiento de la hija de Laura Pollán
con Berta, la deja sin casa para reunir a su pandilla, situación que le
servirá de pretexto para exigirle a sus patrocinadores de Miami, la
suma deseada para adquirir un apartamento que le sirva de vivienda y a
la vez de lugar de reuniones, algo anhelado desde hace muchos años.
Berta está nuevamente en Washington
preparándose para la línea que deberá seguir en la próxima Cumbre de las
Américas, situación que como vieja arpía aprovechará para pedir más
dinero.
Ante preguntas de la prensa se vio
precisada a confesar que desde el 2003 a la fecha, su vida ha cambiado
vertiginosamente y del seno de una humilde familia, donde su madre era
lavandera, gracias a los norteamericanos saltó a ser la presidente de
las “Damas” de Blanco, paseada por Europa y Estados Unidos con la
aureola de “luchadora contra el comunismo”, siendo recibida por el
presidente Barack Obama y saludada personalmente por el Papa Francisco.
En la entrevista no pudo ocultar que nunca fue buena estudiante, algo que heredó su hija.
Las divisiones del grupúsculo son
responsabilidad de la propia Berta y no de elementos externos. Las
residentes en Santiago de Cuba no quisieron subordinársele hace más de
un año por su malos métodos y el poco dinero que entregaba.
Laura Labrada aseguró que desde la muerte
de su madre en 2011, momento en que Berta Soler se adjudicó la
dirección, “se sucedieron expulsiones de miembros, maltratos, inclusión
de hombres que pelean e incitaciones a la violencia”.
Ahora es criticada desde Miami por su mala forma, y para rematar la división se conformará la “Fundación Laura Pollán”.
Si en Washington continúan apostando por
Berta pronto veremos el desmembramiento de las “Damas” y no será por la
sagacidad de la Seguridad cubana, sino por los desmanes de la
“presidenta”. Por actitudes como esas José Martí expresó:
“A un vil se le conoce en que abusa de los débiles”.
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