Por Ernesto Soler
La triste historia de este engendro regional, perdón
nuevamente, organismo regional, se repite una y otra vez. Hoy se trata del
golpe de estado en Paraguay.
Reuniones y más reuniones sin concretar nada. Se
continúa con el lenguaje evasivo, la morosidad en los pronunciamientos y la
falta de valentía para denunciar con firmeza sobre el derrocamiento de un
presidente constitucional.
La decisión definitiva sobre la postura que adoptará
la OEA en el caso Paraguay sigue en suspenso, pese al informe rendido por su Secretario
General José Miguel Insulza, en el que se opone a la separación del gobierno
golpista de Paraguay de la OEA, (tal y
como hicieron el pasado 29 de junio Unasur y el Mercosur), con el argumento
de que “ello causaría sufrimientos
innecesarios al pueblo”.
Como alternativa, el señor propuso "el
despliegue inmediato de una misión que acompañe el proceso conducente a los
comicios de abril de 2013, facilite el diálogo político e informe periódicamente
al Consejo Permanente".
"Esta misión tendría por objeto observar desde
ahora el respeto de las garantías necesarias (¿como las que tuvo el presidente Lugo para defenderse?) para que todos puedan competir en igualdad de
condiciones, que no haya represalias contra el presidente Lugo y sus seguidores
y que se impulsen los ajustes de algunas normas sobre la eventual realización
de juicios políticos", explicó. (¡Como
tienen plata para reuniones y misiones!)
Es evidente que cumple órdenes de proteger a los
golpistas de Paraguay. ¿Y quién ustedes creen que fue el primero en respaldarlo
y considerarlo como "muy bien hecho"? Esto se los dejo como tarea.
Lo cierto es que nuestra América sigue siendo
vulnerable a estos hechos y que la injerenCIA del imperio no cesará, mientras
sus intereses en la región se vean amenazados. Recordemos los golpes en Venezuela, Honduras y los intentos en Ecuador y Bolivia.
Pero no perdamos la esperanza. La integración que
hoy resurge en nuestra región, como lo soñara Bolívar, progresivamente se irá
fortaleciendo y consolidando, no exenta de obstáculos, pero sí convencida de
que es necesario contar con mecanismos que defiendan la unidad y los intereses
de nuestros pueblos, para poder enterrar, por una vez y por todas, a la
moribunda y desacreditada OEA de Insulto, perdón, de Insulza.
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