El Miami Dade College inauguró el pasado viernes 19 octubre una gran escultura de Enrique Martínez Celaya para conmemorar el 50 aniversario de la Operación creada por la CIA en 1962, conocida con el nombre clave de “Peter Pan”, en la cual hicieron circular entre la población cubana un supuesto proyecto de ley que promulgaría el gobierno revolucionario, liderado por el Comandante Fidel Castro Ruz, en la que según el texto apócrifo se le quitaría la patria potestad a los padres y se planificaba el envió de cientos de miles de niños hacia la Unión Soviética, con el fin de lavarles el cerebro.
Esta acción, unida a la propaganda radial desde la emisora “Radio SWAN” creada por la CIA, según sus documentos ya desclasificados, hicieron mella en la mente de muchos cubanos y cubanas que en ese tiempo no tenían cultura política, y se dejaron embaucar por el programa que les presentó la iglesia católica para “salvar” a sus hijos de este supuesto plan comunista.
El programa “de salvación” consistía en enviar a los niños sin sus padres hacia los EE.UU., donde sería cuidados hasta el que el comunismo cubano fuera derrocado, lo que según ellos, no tardaría más allá de 6 meses. En este criminal e inhumano plan participaron la agente CIA y miembro de sus redes en Cuba, Leopoldina, Polita, Grau Alcina, sobrina del ex presidente de la República Ramón Grau San Martín y Phillips, Penny, Powers, ciudadana británica radicada en la Habana y agente de los servicios de inteligencia del Reino Unido.
Ambas señoras, en unión de algunos sacerdotes católicos cubanos de conjunto con otros norteamericanos, organizaron la salida de los niños y niñas, a la vez que el gobierno norteamericano le negaba las visas a los casi 28 mil padres, separando así a las familias cubanas de forma cruel y despiadada, lo que impulsó a muchos madres y padres a lanzarse al mar para llegar a las costas norteamericanas en búsqueda de sus hijos perdidos. Otros buscando vías legales lograron emigrar hacia España, Venezuela, México, que les dieron visas después de muchos años, logrando finalmente ingresar en los EE.UU. para buscar a sus hijos; algunos pudieron encontrarlos 15 y 20 años después. Los testimonios de muchos son escalofriantes.
En este engendro terrorista salieron engañados de Cuba 14 mil 048 infantes, que quedaron sin amparo filial y sufrieron penurias, maltratos, violaciones que dejaron huellas indelebles para toda la vida.
Al mejor estilo de los nazis, la CIA ideó esta acción para tratar de que los padres se sublevaran contra Fidel Castro y por el contrario emigraron hacia los EE.UU. Este plan provocó el mayor éxodo infantil forzado del siglo XX en occidente y dio origen a la colonia cubana asentada en Miami.
En 1966 el gobierno yanqui se vio obligado a dictar la llamada Ley de Ajuste Cubano, cuya finalidad fue la de ajustar el estatus migratorio de los cientos de cubanos que arribaron ilegalmente a los Estados Unidos desde 1959, cuando los esbirros y asesinos del gobierno de Fulgencio Batista huyeron de la justicia revolucionario.
Por eso, para recordar en vez de celebrar, tan triste fecha traumática para los niños y niñas víctimas de la Operación “Peter Pan”, debería hacerse un juicio al menos simbólico, donde se juzgara a todos los que participaron en este macabro engendro, principalmente a los miembros del gobierno del presidente John F, Kennedy, oficiales de la CIA, el clero y todos los agentes de ese servicio de inteligencia que se prestaron a tan cruel acción y ante la escultura la escultura “The tower of snow” instalada frente a la llamada “Torre de la libertad de Miami”, poner una tarja con la verdadera historia de la citada Operación, para que sea recordada por las generaciones futuras y puedan conocer la atrocidades cometidas por la CIA contra el pueblo cubano.
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