Publicado en El Heraldo Cubano
De acuerdo con informaciones publicadas por la agencia Notimex el 29.11.2013, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acompañado por su esposa, visitó a los activistas en huelga de hambre que piden una reforma migratoria en ese país.
El mismo Presidente que ha dado el visto
bueno a las deportaciones masivas de inmigrantes, separando a padres de
sus hijos, a esposas y esposos, hermanos y abuelos, ahora se da un golpe
en el pecho visitando a los huelguistas para hipócritamente darles
“apoyo y solidaridad”.
¿Qué entenderá el Presidente Obama
por solidaridad? ¿Por qué no detiene las deportaciones hasta que se
decida la aprobación de la nueva reforma y permite vivir en paz a
familias enteras que dejan sus vidas en territorio norteamericano en
trabajos que los estadounidenses no quieren realizar?
¿Sabrá Obama que una buena parte de las labores agrícolas para alimentar al pueblo las desarrollan esos mismos inmigrantes indocumentados?
En vez de hacer campañas populistas y politiqueras, el Presidente y su esposa la eminente abogada Michelle Obama, pudieran buscarle una solución paliativa que evite las deportaciones y la separación de las familias.
Si el Presidente quisiera saber realmente
el desgarramiento que sienten los padres e hijos sometidos cruelmente a
esa separación obligatoria, que pruebe enviar a sus dos hijas para
Kenya por tiempo indefinido y comprobará lo inhumano de la medida que él
mismo apoya.
Después de un año sin verlas, sin duda alguna Barack Obama
le daría una verdadera prioridad al proyecto de la reforma de la ley de
inmigración, entonces si podrá solidarizarse con los que desde hace
años sufren las deportaciones.
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