Fuente: El Watan (Argelia)
Entrevista realizada por Mohamed Staifi a Salim Lamrani.
Entrevista realizada por Mohamed Staifi a Salim Lamrani.
Las maniobras desestabilizadoras contra los gobiernos que no son del
gusto de Washington se repiten constantemente y, a menudo, se parecen.
Entrevistado por el diario argelino El Watan, el investigador
francés Salim Lamrani observa que los actos de violencia registrados
recientemente en Venezuela dejan una fuerte impresión de «déjà vu».
Salim Lamrani: Las actuales manifestaciones en
Venezuela son una reminiscencia preocupante de los acontecimientos
de abril de 2002, que desembocaron en un golpe de Estado contra el
gobierno elegido democráticamente del presidente Hugo Chávez.
Recordemos que, en 2002, protestas similares organizadas por la
derecha venezolana causaron varias víctimas tanto entre los partidarios
del gobierno como entre sus detractores.
Y ya sabemos lo que sucedió después: una parte del ejército en
contubernio con los medios de prensa privados y con la oposición radical
rompieron el orden constitucional e impusieron una dictadura que
afortunadamente, gracias a la movilización masiva del pueblo, sólo duró
48 horas.
No se puede tapar el sol con un dedo. Detrás de esos estudiantes –que
están lejos de representar a toda la masa estudiantil de Venezuela– se
oculta la oposición golpista y antidemocrática, apoyada política y
financieramente por Estados Unidos, oposición que siempre se ha negado a
aceptar la voluntad popular desde 1998.
El objetivo es desestabilizar el país para justificar luego el uso de
la fuerza contra Venezuela. Dado que la derecha venezolana ha sido
incapaz, desde 1998, de tomar el poder por la vía democrática, está
optando por la violencia.
El Watan: ¿Hasta qué punto es legítima la
aspiración democrática de la protesta de los estudiantes que se
manifiestan en las calles de Caracas contra "la carestía de la vida y
la inseguridad"? ¿Estamos frente a un nuevo enfrentamiento entre la
oposición liberal –que utiliza en este caso a los jóvenes– y los
chavistas, acusados de "absolutismo"?
Salim Lamrani: En la historia de América Latina,
ningún gobierno tuvo tanta legitimidad democrática como el de Hugo
Chávez, quien ganó 16 de las 17 elecciones a las que se sometió en
15 años. A pesar de eso, los medios de prensa occidentales lo denigraban
constantemente y presentaron de él una imagen caricaturesca, que estaba
muy lejos de la realidad del proceso bolivariano.
Me parece que la manera como los medios informativos occidentales
presentan la Revolución Bolivariana constituye uno de los mayores
fracasos del periodismo.
El actual presidente Nicolás Maduro fue elegido en unas elecciones
democráticas, reconocidas por las más eminentes instituciones
internacionales, desde la Unión Europea hasta la Organización de Estados
Americanos (OEA) y pasando por el Centro Carter.
Desde su llegada al poder, en abril de 2013, hubo dos procesos
electorales y en ellos Nicolás Maduro triunfó con total transparencia.
La inseguridad y la carestía de la vida son pretextos para justificar
actos violentos. Resulta curioso ver que las tasas de criminalidad más
elevadas se registran precisamente en los Estados gobernados por la
oposición.
En cuanto a la carestía, se debe en gran parte a los especuladores
que acaparan productos de primera necesidad con el fin de crear escasez
artificialmente. Las autoridades han tomado medidas concretas para
luchar contra esos abusos que constituyen graves delitos.
Hablar de "absolutismo" en Venezuela, un país donde el 80% de
los medios de prensa son privados y donde la oposición controla amplios
sectores de la economía, no es serio.
El Watan: ¿Está viviendo Venezuela una primavera
latina o es esto otro episodio de lo que se ha dado en llamar la
"Guerra Fría 2.0"? ¿Cuál es el papel real de Estados Unidos en los
acontecimientos que estremecen Venezuela?
Salim Lamrani: La democracia venezolana está en
grave peligro a causa de las actividades violentas y subversivas de la
oposición. El poder se gana en las urnas, no mediante el crimen.
Estados Unidos está desempeñando un papel clave en la
desestabilización de Venezuela. Venezuela es el quinto productor de
petróleo del mundo y la llegada de Chávez al poder permitió al país
dotarse de una soberanía política, económica y energética. Ahora las
riquezas nacionales se destinan a la mayoría y no sólo a las
transnacionales estadounidenses y a la oligarquía petrolera.
El Watan: ¿Acaso la división política que
caracteriza a Venezuela desde la llegada de Chávez ha llegado a dividir a
la juventud venezolana en dos campos que se enfrentan con dos nociones
antagónicas de la "revolución"?
Salim Lamrani: Ningún gobierno venezolano ha hecho
tanto por la juventud del país como el de Hugo Chávez y Nicolás Maduro,
tanto en términos de educación como de salud, de acceso a la cultura y
al tiempo libre. Las manifestaciones de algunos estudiantes –procedentes
en su inmensa mayoría de las clases acomodadas del país– no son
representativas de todo el medio universitario. Antes de la Revolución
Bolivariana, el 80% de la población no tenía voz ni voto.
El Watan: ¿Cómo ve el futuro? ¿Existe un riesgo de inestabilidad en la región?
Salim Lamrani: Toda América Latina condenó los
incidentes violentos registrados en Venezuela y rechaza los intentos
golpistas de la oposición. Las instituciones son fuertes en Venezuela y
los dirigentes ya tienen 15 años de experiencia en la lucha contra la
subversión. De todas formas, América Latina jamás aceptará otro 11 de
abril de 2002 (fecha de la intentona golpista contra el presidente
Hugo Chávez).
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