Publicado en el Heraldo Cubano.
La reciente visita a Cuba de Eric
Schmidt, presidente de la poderosa corporación norteamericana Google y
tres de sus directivos, llamó la atención de muchas personas, entre ella
de analistas políticos y periodistas, pues nadie ha podido desentrañar
cuales eran los verdaderos motivos que perseguía, para levantar barreras
en el Departamento de Estado y que le otorgaran el permiso. Ningún
norteamericano puede visitar libremente la isla, todos requieren de una
licencia específica que solo es entregada si durante su estancia
cumplen con los objetivos diseñados por el Gobierno norteamericano para
lograr derrocar a la Revolución, bajo el eufemismo de la Transición
pacífica hacia el capitalismo.
Algo de ese tema dejó marcada la visita
del millonario Schmidt, al entrevistarse discretamente tres de los
directivos de su compañía con la bloguera oficialista de Washington,
Yoani Sánchez Cordero, personaje reclutado por el viejo agente CIA,
Carlos Alberto Montaner cuando ella deambulaba por las calles de España
en busca de trabajo.
Yoani, no es nadie en la política cubana
ni tiene poder de influencia sobre funcionarios gubernamentales, por
tanto el encuentro solo marcó la imposición de los funcionarios del
Departamento de Estado para acceder a la licencia.
Es casi seguro que durante la misma
pudieron comparar la diferencia en cuanto intelecto y proyección
profesional con la de funcionarios cubanos, especialmente con el
personal de la Universidad de las Ciencias Informáticas e Infomed, ambos
lugares visitados por la delegación norteamericana. Sin dudas el
balance final no favoreció a la bloguera oficialista de Washington.
Pero lo más interesante de este viaje fue
la opinión con la que regresó a Estados Unidos Mr. Schmidt, la cual
plasmó de inmediato en la red a través de su cuenta de Twitter, donde
afirmó: “El bloqueo no tiene sentido en absoluto para los intereses de Estados Unidos”.
Otro de los aspectos que pudo constatar
personalmente fue el engaño a que lo sometieron por años, mediante las
campañas plagadas de mentiras y tergiversaciones con respecto a los
logros del proceso revolucionario cubano, a pesar de la cruel Guerra
Económica impuesta por su país desde hace más de medio siglo, que
persigue sembrar el desencanto y el desaliento sobre la población
cubana, según consta en los documentos oficiales ya desclasificados.
Los directivos norteamericanos
comprobaron el alto nivel técnico alcanzado por los profesionales de
Cuba y sus avances en sectores como la Salud Pública y la Educación,
ambas recibidas gratuitamente por toda la población, algo que no conocen
los estadounidenses, ya que deben pagar altas sumas de dinero por
acceder a esos servicios.
Igualmente, constataron la plena libertad
que existe en la isla para moverse por sus calles, plazas y parques,
conversar con cuantos nacionales deseen y comprobar las falsedades que
repiten los asalariados de la contrarrevolución interna de que existe
una “brutal represión”, situación que no vieron ni en las sombras.
Precisamente este es el motivo de la
férrea oposición que hacen los congresistas norteamericanos, miembros de
la mafia anticubana, a la libertad de viajes a Cuba, pues de aprobarse
se les acabaría la vieja y gastada historia de una Cuba “bañada en
sangre”, “reprimida”, ausente de toda “libertad” y “derechos humanos”.
Ahora solo le queda a Mr. Eric Schmidt, levantar la prohibición que
aún permanece para los cubanos de la isla, de acceder a sitios y páginas
de Google, si realmente es consecuente con su afirmación de que “El bloqueo no tiene sentido”.
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