Para tener una idea precisa de cómo se
formulan las campañas mediáticas made in USA que pretenden satanizar a
Cuba, solo hay que leerse la prensa internacional.Cuba
y algunos países que tienen gobiernos no aceptables para Estados
Unidos, por no someterse a sus órdenes, son acusados continuamente de
todos los males habidos y por haber, siendo incluidos además en cuanta
lista negra inventen los ideólogos yanquis.
Sin embargo, ellos y sus aliados más estrechos hacen y deshacen sin ser criticados o mencionados en algún documento o listado.
Israel es una muestra fehaciente; nunca
aparece señalado en listas negras, a pesar de que asesina a miles de
palestinos, ataca a otros países y le bombardea sus industrias
principales, como hicieron con Irak en los años 80, cuando construían
con el apoyo de Francia una planta de energía termonuclear y más tarde
con Siria, destruyéndole también su planta generadora de similar
energía.
Los asesinatos de civiles inocentes
causados por los aviones no tripulados de Estados Unidos ni siquiera
reciben el rechazo de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos
Humanos y demás organizaciones que vigilan cada acción en otros países
para condenarlos con gran alharaca.
En días pasados, la representación de la
agencia Española EFE en Washington, publicó un informe en el que
reconoce que sólo el 2% de los latinoamericanos, (aproximadamente unos
11,4 millones de personas), tienen acceso a prensa libre, pero mostrando
su malsana intención de reforzar la matriz de opinión que han creado
contra Cuba, subrayaron que “Cuba, México, Venezuela, Ecuador y
Honduras están considerados como los países donde definitivamente la
prensa no puede trabajar con libertad”.
O sea, que Cuba con un poco más de 11
millones de habitantes es resaltada entre los casi 570 millones de
latinoamericanos de forma deliberada, para mantener la imagen negativa
fabricada solo por tener un sistema socialista que no acepta someterse a
los yanquis y por tanto debe pagar un alto precio por su desafió, como
escarmiento para aquellos que pudieran imitarla.
Cuando
se analiza la fuente original de la información se descubre quiénes
están detrás de esa patraña y es precisamente la organización “no
gubernamental” Freedom House, creada y sostenida gracias al dinero que
le aporta el gobierno norteamericano, a la que pertenece el agente CIA
Frank Calzón, orientado desde hace muchos años a desprestigiar a Cuba y
envuelto en varios procesos por manejos turbios con el dinero que le
asignan.
La directora del informe de Freedom House
es Karin Karlekar, la cual intervino en un seminario celebrado en el
Congreso estadounidense. Por tanto, no podía perder la oportunidad de
envenenar a los participantes, en momentos en que existe una corriente a
favor de modificar la política de Estados Unidos hacia la Isla.
En su insidiosa y premeditada locución, la señora Karlekar afirmó que “Cuba, continúa siendo el peor país en cuanto a libertad de prensa”,
pero ocultó que en la isla no existe un solo periodista asesinado o
desaparecido, como ocurre diariamente en otros países donde ser
periodista en una de las profesiones más riesgosas.
Tampoco mencionó que dentro de la misión
diplomática yanqui en La Habana se imparten cursos de “periodismo” a
personas que tienen una posición en contra de la Revolución, y cobran un
salario por transmitir informaciones falsas y tergiversadas sobre la
realidad interna.
Karin Karlekar no dijo nada sobre la
manipulación y presiones políticas que ejerce Estados Unidos sobre los
medios de prensa de su país y de otros lugares del mundo y mucho menos
señaló el reclutamiento que hizo y hacen la CIA y el FBI entre
periodistas de los principales medios informativos, lo cual está probado
y desclasificado en la conocida Operación Mockingbird.
Dicha Operación se creó en los primeros
años de la década de los años 50 del siglo XX por Frank Wisner, de la
Dirección de Planes de CIA.
La CIA reclutó a un numeroso grupo de
reconocidos periodistas de importantes órganos de prensa de Estados
Unidos, con el fin de difundir informaciones manipuladas para crear
matrices de opinión favorables a los planes de esa Agencia, mediante la
conformación de campañas de prensa.
Periodistas reclutados para ese trabajo
de Guerra Sicológica, divulgaron noticias falsas y tergiversadas sobre
la Revolución cubana desde 1959, con el propósito de lograr su
aislamiento internacional.
Entre los profesionales contactados por
la CIA estaban Henry Luce; Philip Grahan; Arthur Hays Sulzberger; Andrew
Saint-George y Jules Dubois y entre los órganos de prensa se destacan:
The Washington Post; The New York Times; CBS; The Chicago Tribune; The
Washington Star y las revistas Time y Life, como los más significativos.
Esa Operación fue apoyada
por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), creada en 1943 para
defender los intereses mediáticos de Estados Unidos en América Latina. Todas estas actividades fueron denunciadas por el ex oficial CIA Philip Agee.
Acciones similares desarrollan
diariamente contra Cuba, Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador, Rusia,
Irán o China, solo porque la Casa Blanca no acepta que mantengan
posiciones de soberanía e independencia.
A los que se someten y bajan la cabeza
diciéndole a todo lo que dicta la Casa Blanca: “Yes Mister”, nunca son
señalados ni criticados.
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