Tomado de El Heraldo Cubano
Todo hace indicar que el presidente de
Estados Unidos, Barack Obama, cree ser el único con suficiente materia
gris de este mundo y por tanto puede engañar a los demás.Acaba de declarar públicamente que “sus Servicios de inteligencia subestimaron al Estado Islámico”, reconocido por el jefe de la Comunidad de Inteligencia, Jim Clapper, quien afirmó que “subestimaron lo que había estado pasando en Siria”.
¿Alguien podrá admitir tal afirmación? Es
una falta de respeto a la capacidad intelectual y al coeficiente de
inteligencia de los ciudadanos de este planeta.
¿Quiénes conformaron hace tres años al
ejército de mercenarios para intentar derrocar al presidente sirio
Bachar al Asad? La respuesta es bien conocida: Estados Unidos y sus
fieles seguidores de la OTAN.
No se puede engañar a la opinión
internacional de forma tan burda. Los yanquis financiaron el armamento,
los uniformes, los abastecimientos de todo tipo y obligaron a otros
países de la Unión Europea a sumarse a esa guerra fraticida para
apoderarse de Siria.
El negocio les salió mal, el pueblo sirio
apoya mayoritariamente a su Presidente y lo demostró en las urnas. No
se han arrodillado ante los norteamericanos y continúan luchando por
mantener su soberanía. El ejemplo de lo sucedido en Irak y Libia es
suficiente para defender su independencia.
Ante el fracaso de ese ejército
mercenario, la CIA ideó un plan para intentar ocupar a Siria y les
cambió el nombre a sus asalariados para transformarlos en una “amenaza”
para la región, inventando la fórmula del supuesto Califato y de esta
forma justificar la participación directa de las tropas estadounidenses y
europeas, ya que los mercenarios por sí solos no pudieron alcanzar el
objetivo deseado.
Para conseguir mayor dramatismo, poner a
la opinión pública norteamericana en condiciones de aceptar una nueva
guerra en el medio oriente, con el consiguiente costo en vidas yanquis, y
aprobar nuevos presupuesto, la CIA organizó las aparentes
“decapitaciones” de dos ciudadanos, uno yanqui y otro británico, pero
nadie dice como pudieron ser televisadas, de qué tecnología disponen ni
cuáles son las facilidades que posee el ejército del “Estado Islámico”,
para colocarlo en Internet en medio de zonas desérticas.
Para
amplificar aún más el temor en la ingenua población norteamericana y
europea, los medios de prensa controlados por el gobierno y la CIA
difunden supuestas declaraciones del vocero del “Ejército Islámico”,
donde dicen que afirmó:
“Maten al incrédulo, ya sea civil o militar”. “Si
podéis matar a un incrédulo estadounidense o europeo -especialmente a
los maliciosos y sucios franceses- o a un australiano o canadiense o a
cualquier otro (…) ciudadano de los países que ingresaron en una
coalición contra el Estado Islámico, confiad en Alá y matadlo por
cualquier medio”.
Ridícula aseveración que divulgan para
conformar un estado psicológico de terror y pánico entre los ciudadanos
de esos países y así apuntalar el apoyo incondicional que le han
brindado sus gobernantes a Obama, para justificar los ilegales
bombardeos contra Siria.
Estados Unidos tiene como meta ocupar
militarmente todo el medio oriente, apoderarse de sus recursos naturales
y dominar la zona.
Alto es el precio que paga la población
estadounidense con esas guerras, la crisis económica se incrementará y
solo el complejo militar industrial se beneficia de esto.
Ahora la posible candidata al sillón
presidencial, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, se lava las
manos y declara que se “equivocaron” al organizar y financiar a los
mercenarios, preparando el camino para culpar al actual mandatario de
todos los descalabros.
Triste ha sido el papel del Presidente
Barack Obama en la Casa Blanca. No ha podido cumplir ninguna de sus
promesas, se convirtió en una marioneta de los poderosos intereses de la
ultra derecha y dejará una huella tan profunda en la economía
norteamericana que difícilmente podrá quitarse de encima el haber sido
el primer presidente negro que con su pésima dirección condujo a Estados
Unidos a la banca rota.
Si algo queda bien claro es que sus declaraciones no logran engañar a nadie y Obama no es el único inteligente.
La historia de la CIA en múltiples
programas de acción encubierta, demuestra que de ellos se pueden esperar
las más inverosímiles historias, como el Programa aprobado el 8 de
junio de 1963, bajo el título de “Política encubierta y programa
integrado de acciones propuestas hacia Cuba”, donde se afirma:
“Cada acción tendrá sus peligros: habrá fracasos con la consecuente pérdida de vida y acusaciones contra EE.UU.
que resultarán en críticas en casa y afuera. Ninguna de esas
consecuencias esperadas deberá hacernos cambiar nuestro curso, si el
programa expuesto tiene éxito”.
No hay la menor duda, la mano de la CIA vuelve a estar presente y Obama pasará como otra de sus víctimas.
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