30 diciembre 2014

Repitiendo una vieja receta.

Publicado en el Heraldo Cubano.
Autor Arthur González

tania bruguera

De acuerdo con la divulgación de una noticia tendenciosa realizada por los medios de prensa de Miami, entre ellos el libelo El Nuevo Herald, Tania Bruguera hija de un ex vice ministro del gobierno cubano y ex diplomático, anda voceando una convocatoria a una supuesta “acción artística” nada menos que en la Plaza de la Revolución, hoy 30 de diciembre a las tres de la tarde, para que las personas discutan a micrófono abierto “qué nación desean”.





La inventada “acción artística” es en realidad una actividad política subversiva diseñada desde Estados Unidos, con el propósito trasnochado de fomentar una revuelta popular al mejor estilo de lo que hicieron en Polonia.

La Sra. Brugueras, formada en escuelas de arte de la Cuba socialista, que disfrutó de los privilegios de ser una hija de papá dirigente comunista, intenta desde hace años morderle la mano a los que le dieron todo el acervo cultural que ahora desarrolla, algo bastante común en el mundo de hoy. No es la primera ni la última que así actúa.

Este proyecto ya lo había ejecutado en el 2009 durante la décima Bienal de La Habana, donde en una aparente “acción plástica” presentó a la bloguera oficialista de Washington Yoani Sánchez Cordero, para que hablara durante un minuto todo lo que deseara, lo cual no tuvo el menor impacto en Cuba, aunque sí alguna divulgación en Miami.

Ninguna de las dos consiguió lo que pretendían, la represión de las autoridades. El Ministerio de Cultura demostró que los artistas cubanos pueden hacer sus obras libremente y sin censura, haciendo que la propaganda preparada cayera como castillo de naipes y pasara sin penas ni glorias.

Con esa experiencia tan amarga, quien fuera una niña criada bajo la protección de dirigentes comunistas cubanos, intenta elevar el nivel de provocación al proyectar su remake que en lugar que es considerado como el baluarte de la Revolución y por tanto prevé que ahora sí serán reprimidos.

No es casual que pretenda llevar a cubanos radicados en el extranjero, pues está segura que no recibirá apoyo interno del pueblo que aprendió en 55 años a conocer al lobo disfrazado de abuelita.

¿Por qué no hace una acción plástica similar en la zona de Little Haití en Miami?

¿Por qué no la ejecuta con los inmigrantes latinos indocumentados que son separados despiadadamente de sus hijos y deportados?

¿Por qué no lo hace en los barrios de negros norteamericanos que ven morir a sus hijos por las balas de policías blancos que ni siquiera son llevados a Corte?

Al parecer su residencia en el extranjero por tanto tiempo la han dejado mareada y no conoce que en Cuba la gente dice lo que desea, no por un minuto sino por muchos más, y para comprobarlo solo debe esperar un ómnibus en cualquier calle de la isla, hacer filas en un mercado o a la puerta de un teatro.

Allí podrá escuchar todo tipo de opiniones, pero deberá aprender que insatisfacción no es oposición y que cubanas y cubanos defienden con la vida la independencia alcanzada con sangre, contra los dólares de Estados Unidos que sostenían al tirano Fulgencio Batista, mientras asesinaba y torturaba sin ser jamás acusado de violador de los derechos humanos de toda una nación.

Tania Brugueras deberá leer un poco más a José Martí para entender cuando dijo:

“El sol tiene manchas pero alumbra, y los desagradecidos solo miran sus manchas, mientras los agradecidos su luz”.

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