Autor Arthur González
De acuerdo con la divulgación de una noticia tendenciosa realizada por los medios de prensa de Miami, entre ellos el libelo El Nuevo Herald, Tania
Bruguera hija de un ex vice ministro del gobierno cubano y ex
diplomático, anda voceando una convocatoria a una supuesta “acción
artística” nada menos que en la Plaza de la Revolución, hoy 30 de
diciembre a las tres de la tarde, para que las personas discutan a
micrófono abierto “qué nación desean”.
La inventada “acción artística” es en
realidad una actividad política subversiva diseñada desde Estados
Unidos, con el propósito trasnochado de fomentar una revuelta popular al
mejor estilo de lo que hicieron en Polonia.
La Sra. Brugueras, formada en escuelas de
arte de la Cuba socialista, que disfrutó de los privilegios de ser una
hija de papá dirigente comunista, intenta desde hace años morderle la
mano a los que le dieron todo el acervo cultural que ahora desarrolla,
algo bastante común en el mundo de hoy. No es la primera ni la última
que así actúa.
Este proyecto ya lo había ejecutado en el
2009 durante la décima Bienal de La Habana, donde en una aparente
“acción plástica” presentó a la bloguera oficialista de Washington Yoani
Sánchez Cordero, para que hablara durante un minuto todo lo que
deseara, lo cual no tuvo el menor impacto en Cuba, aunque sí alguna
divulgación en Miami.
Ninguna de las dos consiguió lo que
pretendían, la represión de las autoridades. El Ministerio de Cultura
demostró que los artistas cubanos pueden hacer sus obras libremente y
sin censura, haciendo que la propaganda preparada cayera como castillo
de naipes y pasara sin penas ni glorias.
Con esa experiencia tan amarga, quien
fuera una niña criada bajo la protección de dirigentes comunistas
cubanos, intenta elevar el nivel de provocación al proyectar su remake
que en lugar que es considerado como el baluarte de la Revolución y por
tanto prevé que ahora sí serán reprimidos.
No es casual que pretenda llevar a
cubanos radicados en el extranjero, pues está segura que no recibirá
apoyo interno del pueblo que aprendió en 55 años a conocer al lobo
disfrazado de abuelita.
¿Por qué no hace una acción plástica similar en la zona de Little Haití en Miami?
¿Por qué no la ejecuta con los inmigrantes latinos indocumentados que son separados despiadadamente de sus hijos y deportados?
¿Por qué no lo hace en los barrios de
negros norteamericanos que ven morir a sus hijos por las balas de
policías blancos que ni siquiera son llevados a Corte?
Al parecer su residencia en el extranjero
por tanto tiempo la han dejado mareada y no conoce que en Cuba la gente
dice lo que desea, no por un minuto sino por muchos más, y para
comprobarlo solo debe esperar un ómnibus en cualquier calle de la isla,
hacer filas en un mercado o a la puerta de un teatro.
Allí podrá escuchar todo tipo de
opiniones, pero deberá aprender que insatisfacción no es oposición y que
cubanas y cubanos defienden con la vida la independencia alcanzada con
sangre, contra los dólares de Estados Unidos que sostenían al tirano
Fulgencio Batista, mientras asesinaba y torturaba sin ser jamás acusado
de violador de los derechos humanos de toda una nación.
Tania Brugueras deberá leer un poco más a José Martí para entender cuando dijo:
“El sol tiene manchas pero alumbra, y los desagradecidos solo miran sus manchas, mientras los agradecidos su luz”.
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