24 febrero 2015

Quién para la bola.


 

Tomado del El Heraldo Cubano.

Obama anuncia restablecimiento de relaciones con CubaEl presidente Barack Obama fue explícito el pasado 17 de diciembre, cuando anunció el restablecimiento de las relaciones con Cuba y el cambio de táctica para lograr su deseado objetivo de destruir el socialismo. Tal decisión sorprendió al mundo y en particular a los que en Estados Unidos llevan 56 años viviendo de los millones de dólares asignados sin resultados, y de inmediato comenzaron las acusaciones contra el Presidente y el cabildeo en los pasillos del Capitolio.



Tontos que no ven más allá de sus narices, pues esa bola está cantada y no hay quien la pare.

Obama no está loco y mucho menos se cree Robín Hood. Una decisión de esa magnitud está colegiada por los decisores de la política estadounidense, entre ellos el Consejo de Seguridad, la Comunidad de Inteligencia y el Pentágono, quienes dieron su visto bueno al creer que les dará más beneficios que daños.

Para recuperar cierta credibilidad en América Latina, ese paso es crucial y las últimas reuniones regionales así lo demostraron. Sin Cuba integrada al área no hay nada de qué hablar con Washington. El tiempo es otro y si no cambian, todo está perdido para Estados Unidos.

Los miembros de la mafia terrorista anticubana tienen que acogerse a la nueva política o lo perderán todo. Podrán gritar, amenazar e incluso llorar, pero esa bola rueda cuesta abajo y sin frenos, sin que la pueden detener.

El gobierno lleva a cabo una línea de acción inteligente. Por una parte permite que inviten a cuatro contrarrevolucionarios a declarar en las audiencias de subcomités del Congreso, que lejos de ayudar perjudican, porque escogieron lo peor para ser escuchados por senadores y representantes.

Los “disidentes” invitados son personas sin categoría para representar a un país que tiene un alto nivel escolar, cultural y político, no son conocidos por el pueblo cubano, e incapaces de llevar las riendas del gobierno.

Otra maniobra ejecutada por Obama fue enviar a Miami a Roberta Jacobson, sub secretaria de Estado, para escuchar a los miembros de la mafia anticubana, esa que acoge y protege a asesinos y terroristas como Luis Posada Carriles, autor confeso de la voladura de un avión civil cubano en pleno vuelo y de las explosiones provocadas contra hoteles y restaurantes de La Habana, con el saldo de un muerto y decenas de heridos.

Mientras eso sucede, la avalancha de congresistas que arriban a La Habana es constante, los cuales estudian en el terreno las posibilidades para avanzar, comprueban los engaños de que ha sido víctimas debido a las campañas conformadas por la mafia anticubana durante años, a la vez que disfrutan por primera vez en medio siglo, de las bellezas de una de las 8 ciudades seleccionadas como maravillas del mundo.

Las visitas se suceden una tras otra. Los senadores Claire McCaskill, Mark Warner y Amy Kloobuchar, de Missouri, Virginia y Minnesota, llegaron el sábado 14 de febrero, como símbolo del día del amor y la amistad.

Los tres intercambiaron con autoridades y diferentes sectores de la sociedad cubana, percatándose del alto nivel profesional y cultural de sus anfitriones, algo bien diferente al mostrado por los llamados “disidentes”.

Conocieron lugares de desarrollo económico como el nuevo puerto del Mariel y su Zona Especial de Desarrollo, ZED, estudiando las oportunidades comerciales para ambos países, algo que la mafia anticubana no permite, al oponerse a esa nueva política, la libertad de viajes y el comercio bilateral, pues ven el fin de su existencia si se consolida la línea de trabajo anunciada por Obama.

Otra de las visitas es la de Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, quien arribó a Cuba el 17 de febrero al frente de una delegación de nueve congresistas para sostener reunirse con funcionarios del gobierno, el cardenal Jaime Ortega y diplomáticos radicados en la isla.

Los miembros de la comitiva son Eliot Engel, Nydia Velázquez y Steve Israel de New York; Rosa DeLauro de Connecticut; Collin Peterson de Minnesota; Anna Eshoo de California; Jim McGovern de Massachusetts y David Cicilline de Rhode Island.

En estos días también recorrió sitios de interés y filmó en La Habana, el humorista Conan O’Brien, quien rodó varios segmentos para su estelar programa por la cadena TBS y que saldrán al aire el próximo 4 de marzo.

Ante el descubrimiento de los engaños y tergiversaciones sobre Cuba, los congresistas se enfrentarán a los mafiosos anticubanos del Congreso con argumentos sólidos, por lo que se comenta en los pasillos del Capitolio que Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart, Marco Rubio y Bob Menéndez, están bajo tratamiento por hipertensión, taquicardia y cólicos estomacales, al comprobar que se les acaba su cuarto de hora.

En fin, que el juego de béisbol está en pleno desarrollo y la mafia quedó al bate con tres strikes cantados.

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