Por Arthur González/El Heraldo Cubano
Con las mentiras no se convence a nadie y por ser tan reiterativos en ellas, los asalariados de Washington acuñados como “disidentes”, no son creíbles para las personas que piensan y tienen coeficientes de inteligencia normales.
Al no tener más cosas que inventar en su desespero por trasladar una imagen virtual de Cuba, a Elizardo Sánchez Santa Cruz y Pacheco, auto promulgado presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, integrada por él, su concubina y algún que otro asalariado, acusó al gobierno de la Isla de ejecutar una supuesta operación de limpieza social por la visita del Papa Francisco.
Según divulgó el 18.09.2015 el sitio anticubano Diario de Cuba, Elizardo aseguró que el Gobierno revolucionario retiró a los mendigos de las calles de las principales ciudades del país de forma “ilegal”, para poner fuera de la vista de peregrinos y periodistas extranjeros a las personas desamparadas que viven en las calles.
En sus inventos criollos declaró en las calles hay miles de mendigos, limosneros, harapientos, enfermos mentales y otros desamparados, en su gran mayoría ancianos que carecen de hogar. Tal parece que ese señor quiere desconocer que fue precisamente el triunfo de la Revolución con sus medidas sociales, quien eliminó la mendicidad de niños, mujeres y hombres de las calles de Cuba.
Un ejemplo clásico lo es el llamado Caballero de París, quien deambulaba por avenidas y calles habaneras vistiendo una mugrienta capa negra, con una larga cabellera sucia, uñas largas y repletas de churre, alimentándose solo de desperdicios.
El Gobierno que ahora ataca el asalariado de Washington, se encargó de asistirlo y trasladarlo a un centro hospitalario donde recibió la atención y el calor humano que jamás tuvo durante el gobierno de la tiranía de Fulgencio Batista.
Si en alguna calle se observa un mendigo no es por falta de atención social, la cual garantiza un sistema de salud gratuito como no tiene Estados Unidos, donde, aunque lo quisieran, no podrían esconder los miles de mendigos sin techos, home less, que viven en el Parque Central de New York y otras ciudades.
Tendría Elizardo que darse una vuelta por la Ciudad Luz en Francia, para que pudiera comprobar lo que es un verdadero ejército de mendigos y harapientos, que pernoctan a la intemperie en calles y a orillas del Sena.
El Papa Francisco es latinoamericano y conoce perfectamente lo que sufren los desamparados del continente, panorama que en nada se parece al que viven hoy los cubanos.
En vez de seguir mintiendo para cobrar algunos dólares, sería más caritativo que se dedicara junto a la iglesia a servir a los necesitados y compartiera parte del salario mensual que recibe desde Estados Unidos, para mejorar los hogares de ancianos que tan humanamente mantienen las monjas en Cuba.
Debería recordar lo expresado por José Martí cuando dijo:
“Para ser caritativo, se necesita haber sido infortunado”
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