Autor: Arthur González Publicado en El Heraldo Cubano
Alejandro Mayorkas, subsecretario de Seguridad Nacional de Estados Unidosviajó la Habana donde permanecerá desde el 28 al 30 de octubre, según se asegura, con el propósito de continuar el diálogo sobre comercio y viajes entre Estados Unidos y la Isla.
Mayokas, cubano de nacimiento, arriba un día después que su Gobierno volvió a votar en la ONU a favor del Bloqueo Económico, Comercial y Financiero impuesto por el presidente J.F. Kennedy, en 1962, quedando totalmente aislado, al recibir la aplastante derrota de 191 votos contra solo dos y sin ninguna abstención, lo que demuestra la obstinación en mantener una política rechazada por el mundo.
Su presencian en la Habana no debe traer nada concreto para mejorar las relaciones, quizás explore la situación en el terreno, los planes para fortalecer a la llamada sociedad civil y seguramente visitará restaurantes privados para medir el estado emocional de los trabajadores, algo a lo que están apostando el futuro de la isla y el cambio al capitalismo.
Mayokas se hizo acompañar del comisionado del Departamento de Seguridad Nacional, Gil Kerlikowske, encargado de supervisar Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, facilitar los viajes y el comercio lícito.
A pesar de las medidas tomadas por la administración Obama, para la supuesta flexibilización de las sanciones que sufre el pueblo cubano por la cruel Guerra Económica, el comercio entre Estados Unidos y Cuba no se puede llevar a cabo normalmente porque cada venta o compra requiere de una licencia especial que debe otorgar el Gobierno, está prohibido el uso del dólar como moneda de pago, no se pueden hacer transacciones financieras con ningún banco estadounidense, ni extranjero, pues sería sancionado con multas millonarias.
Además, el pago de las compras que Cuba pudiera ejecutar tiene que ser en efectivo y por adelantado, y no es permitido utilizar buques con bandera cubana.
Por otra parte, los estadounidenses solo pueden viajar a la Isla autorizados bajo una de las 12 licencias establecidas, relacionadas siempre a trabajar con la sociedad civil y a subvertir de forma sutil el sistema político cubano, que es el propósito que desea alcanzar el Gobierno de Barack Obama, tal y como declaró el 17.12.2014, pero con un cambio de táctica.
No obstante, la visita de esos altos funcionarios les permitirá conocer en vivo la realidad cubana, muy diferente a la que dibujan en Washington los miembros de la mafia terrorista anticubana, y podrán comprobar los niveles de educación, salud y cultura de la población que sufre el bloqueo más largo y cruel de la historia.
Quizás al chocar con un escenario bien diferente al que les cuentan, podrán trabajar para presionar al congreso a que cambie radicalmente su posición y aprovechen las oportunidades que Cuba les brinda para trabajar en bien de los dos países, pero si la intención es subvertir la obra de la Revolución volverán a fracasar como lo han hecho en los últimos 56 años, porque tal y como expresó José Martí:
“Volverá, con todo el prestigio que merece aquel que saca mejor templado su carácter, de cada lucha en que se pone su temple a prueba”.
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