05 noviembre 2015

Carlota la mujer que amamantó la Libertad. #Cuba

Autores Maria Silvia Valdez (@filosofacubana) y Raúl Mendez (@raulmendez8112)
Colaboradores del Blog La Guerrilla IC.



En el  verano de 1843  en Triunvirato   el lenguaje del tambor acompañaron las noches. Los Locumies  Evaristo y Fermina del ingenio Ácana intercambiaban mensajes  por los tambores que interpretaban con elocuencia.

El 5 de noviembre de 1843 se rebelaron los esclavos de Triunvirato. La casa señorial del ingenio apagó sus luces como cualquier otro día, la familia esclavista se sumía en el sueño de los productores de azúcar en la colonia de Cuba. Nada pareció raro, los sonidos de los esclavos en la casa eran para ellos naturalesen el cuidado de sus sueños.

La negrada tocaba sus tambores, concesión que se les hacia para que trabajaran mejor. Pero eso no fue lo que pensaron los domésticos de la casa cuando escucharon los toques, el tambor le hablaba, les decía, los llamaba, los incitaba al monte, a la luz, a la libertad. A las ocho de la noche del domingo 5 de noviembre, Eduardo, intérprete de la voz del atabal avisaba a todos, y Carlota , más el gangá Manuel, ya tenían, como el "vocero", bien templados sus machetes de trabajo.

Por eso cuando los “amos” se durmieron ninguno se quedó en la casa grande  fueron a buscar a Carlota, la negra  líder natural,  que los sacaría de la ignominiosa situación, de los grillos, las cadenas y los cepos quedarían en el pasado, solo había que llegar al Palenque. Pero los tambores de Eduardo no se quedaron en las ceibas del triunvirato, se fueron  a los  barracones  de los ingenios más cercanos, tocaron las puertas  las palabras del tambor y llamaron a la libertad a los esclavizados.Se involucraron en la rebelión Narciso, Felipe, Eduardo, fula; Carmita y Juliana, criollas; Filomena, gangá, del ingenio Ácana, y Lucía, lucumí, del ingenio Concepción. Todos en Matanzas.

Los esclavos armados de machetes y herramientas de trabajo resistieron por varios días, el fuego se extendió por varios ingenios de la región,Carlota, Leonardo y Fermina fueron perseguidos fuertemente por las rancheadores y las tropas coloniales que alentados por la opinión internacional reprimieron brutalmente esta rebelión.

Las  costumbres  de los africanos le parecían salvajes  a la sociedad blanca para sus  “elevados valores” habría que ver si en sus conciencias la muerte que le prepararon a Carlota  fue la desesperación de los que saben vencidos, aunque no hubiera llegado el momento o  la deshumanización  del dinero, debió ser  el dominio despiadado del miedo.

  
Nadie le preguntó  a esta mujer qué sintió cuando la trajeron descalza, con su vestido de esquifación raído,encadenada, ensangrentada después de varios días de lucha contra sus victimarios. Nunca nadie  preguntó a los esclavos cual era su punto de vista.Solo sabemos que la valiente mujer fue sometida  al sacrificio de otros tantos rebeldes por los españoles en América,el descuartizamiento en vida, amarraron su cuerpo a caballos que tiraron en diferentes direcciones hasta que  fue destrozado, como trofeo de los vencedores.


Algunos esclavos lograron llegar hasta la ciénaga de Zapata  sumándose  al Palenque delCabildo.  Continuar la lucha por la Libertad era su objetivo, en las noches  junto a la fogata, invocaban a sus Orichas donde los guiaba el espíritu de Carlota, aquella mujer africana de donde también se amamantó  nuestra nacionalidad.

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