Por Oliver Zamora Oria
Publicado en Las Razones de Cuba.
Día tras día, la realidad de Centroamérica es la de un corredor humano hacia Estados Unidos, en el cual mueren miles de personas. A nadie le importa el costo humano, solo a alguna que otra organización no gubernamental que recoge estadísticas y realiza la denuncia a través de las redes sociales o en algunos foros.
Sin embargo, hace una semana se creó una situación compleja al quedar varado un grupo de dos mil cubanos en la frontera entre Nicaragua y Costa Rica; el asunto ha devenido en declaraciones, notas oficiales, reuniones de emergencias y en cierto despliegue de solidaridad no siempre bien intencionado. Pero veamos la otra cara de la moneda… ¿Se han preguntado ustedes cuántos centroamericanos y sudamericanos ahora mismo están en iguales o peores condiciones en alguna frontera? ¿Y a quién le interesa? ¿Con cuál de ellos se solidarizan? Es evidente el interés mediático y político, da la posibilidad de convertir la coyuntura en un tema político para atacar Cuba con los mismos argumentos de siempre, y quién sabe, si para atacar también al actual acercamiento entre la Isla y Estados Unidos.
¿Cuánto podrían manipular los enemigos de este proceso y cuánto podrían presionar tras esas manipulaciones? Ahora bien. ¿Quién es el culpable? Analistas apuntan a la conocida Ley de Ajuste Cubano y a la política de pies secos-pies mojados. Washington asegura que se mantendrán y con esa postura no se compromete a establecer flujos migratorios legales y ordenados, de ser así, esos cubanos podrían emigrar montados en un avión y no aventurarse a peligros desconocidos. Han querido algunos responsabilizar a Cuba, pero ¿es justo? Hay una reforma migratoria que da facilidades a todo el que quiera salir del país, no hay obstáculos, solo aquellos que pone el gobierno de la nación a la cual pretenden dirigirse, y por supuesto, el itinerario posterior de esa persona está sujeto a las leyes, condiciones, y visiones de cada país por el que transita.
Decir que no ha habido preocupación es irresponsable, se ha consultado a la dirección de asuntos consulares y cubanos residentes en el exterior, y aseguran que la embajada en San José está pendiente, incluso, ayudando en la documentación de muchos de esos cubanos a los cuales les faltan papeles. Otro aspecto, es absolutamente incomparable la situación de estos cubanos, por ejemplo, con los refugiados sirios que marchan a Europa. Las razones son otras, las causas y los motivos, diferentes. Estos cubanos salieron legalmente del país, por decisión propia, no huían de la guerra, ni del terrorismo, ni de conflictos étnicos, y evidentemente, quien tiene hasta 15 mil dólares para darle a un traficante de personas, tampoco huye de la pobreza… La solidaridad bien intencionada no nos puede conducir a enfoques erróneos.
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